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Parece que es la penúltima estación del año, si tomamos el año como una línea recta y no como un círculo planetario en el que miramos alrededor la luz del sol. El otoño siempre cae hacia el final, la más odiada de las estaciones, la más insípida del rodar de los días.
No así para la gente novembras, saxitarias, libra, que frena su encanto en la percusión de los años contra los tiempos, un latex más.
Noviembre cubre las paredes asfixiadas, dice el autor, tratando de levantar del chan las hojas que depositaron los árboles cuando estaban deshabitados, los hijos de los paxaros desafiados por el frío y fijados a la intemperie como marañas entre la maraña das polas y que la luz del día sea soleada para llenarte de sensaciones.
Puro Tejelo agasállanos en este nuevo poema larguísimo, con un fuego lento y abrasador de las hojas del liquidámbar, un clavo clavado en el corazón que se llama pracidez.
Este no es un poema sobre la época en que el otoño es el medio, el nin del amor o la nostalgia por los polos líquidos diamantinos del verano, el sudor y el agua salada. Non é o devezo pola neve nin el discurso extremo del poeta desde la cumbre del mundo. Es un manual de sinestesia en el que estirarse con la galvana de horas contemplativas en las que volver a contar lo amado, lo perdido, lo aprendido y el futuro. Poemas tan limpios como una rúa traschovida, el diálogo del alma vella co vello mundo, la tranquilidad de la xa hecha y lista para ser saboreada en un manto que atraviesa la humedad del chan en un refresco que indica la llegada de la noche. A las siete de la tarde, en noviembre, somos un imperio nórdico en el que la mente se sondea para apoyar versos como estos, íntimos y universales, cheos dun aquí que puede ser cualquier lugar y cualquier idioma. Cubierto por una capa de humus que dará fertilidad al bosque que amamos, que señalará la aparición de los xardíns invernales, de los olores y chasquidos, de los silencios atravesados ??por el tormento del pensamiento entre el cuerpo del poeta (y también la del que lee, que axexa) camina en silencio por un pueblo de pechada al caer la tarde, dejando la certeza de mantones iluminados con una tonelada de licor y chemineas humeantes, un clavo Innisfree, una ribeira do Ouse, Stratford Upon Avon, Bamberg en su delicado país bávaro, puedes caminar en Chambord o Cheverny. La belleza es propiedad de las casas blancas y, en el paseo polos breves días de noviembre, el poeta pela la clara de huevo de las casas para comérsela con degoro, como cuando el huevo era sinónimo del alma. lo que indica la aparición de los xardíns invernales, de los olores y chasquidos, de los silencios atravesados ??por el potro del pensamiento mientras el cuerpo del poeta (y también el del que lee, que axexa) camina silencioso por un pueblo en el a última hora de la tarde, dejando constancia de velas encendidas con una tonelada de licor y chimeneas humeantes, clavos de Innisfree, clavos ribereños de Ouse, Stratford Upon Avon, Bamberg en su delicado paisaje bávaro, un adoquín que se puede caminar en Chambord o Cheverny. La belleza es propiedad de las casas blancas y, en el paseo polos breves días de noviembre, el poeta pela la clara de huevo de las casas para comérsela con degoro, como cuando el huevo era sinónimo del alma. lo que indica la aparición de los xardíns invernales, de los olores y chasquidos, de los silencios atravesados ??por el potro del pensamiento mientras el cuerpo del poeta (y también el del que lee, que axexa) camina silencioso por un pueblo en el a última hora de la tarde, dejando constancia de velas encendidas con una tonelada de licor y chimeneas humeantes, clavos de Innisfree, clavos ribereños de Ouse, Stratford Upon Avon, Bamberg en su delicado paisaje bávaro, un adoquín que se puede caminar en Chambord o Cheverny. La belleza es propiedad de las casas blancas y, en el paseo polos breves días de noviembre, el poeta pela la clara de huevo de las casas para comérsela con degoro, como cuando el huevo era sinónimo del alma. que axexa) camina en silencio por un pueblo de pechada al caer la tarde, dejando la certeza de los chales encendidos con una tonelada de licor y humeantes chemineas, un clavo de Innisfree, un clavo de ribeira do Ouse, Stratford Upon Avon, Bamberg en su delicado paisaje bávaro , una calquera horadada por los que pueden andar en Chambord o Cheverny. La belleza es propiedad de las casas blancas y, en el paseo polos breves días de noviembre, el poeta pela la clara de huevo de las casas para comérsela con degoro, como cuando el huevo era sinónimo del alma. que axexa) camina en silencio por un pueblo de pechada al caer la tarde, dejando la certeza de los chales encendidos con una tonelada de licor y humeantes chemineas, un clavo de Innisfree, un clavo de ribeira do Ouse, Stratford Upon Avon, Bamberg en su delicado paisaje bávaro , una calquera horadada por los que pueden andar en Chambord o Cheverny. La belleza es propiedad de las casas blancas y, en el paseo polos breves días de noviembre, el poeta pela la clara de huevo de las casas para comérsela con degoro, como cuando el huevo era sinónimo del alma.
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